lunes, 2 de noviembre de 2009

REPRODUCCION HUMANA

REPRODUCCIÓN EN EL SER HUMANO

EN EL HOMBRE, LA FUNCIÓN REPRODUCTORA ES UN componente de su sexualidad, que le permite adquirir un rol trascendente en su desarrollo personal y en la evolución de todos los aspectos de su personalidad.

Para realizar esta función, los humanos poseen órganos espe­cializados que, en conjunto, constituyen el sistema reproductor.

sistema reproductor femenino

El sistema reproductor femenino, es el encargado de producir los gametos femeninos u óvulos, albergar el óvulo fecundado o cigoto y crear las condiciones necesarias para que dicho óvulo crezca y se desa­rrolle, conformando una nueva persona.

Para realizar las labores anteriormente descritas, el sistema repro­ductor femenino (fig. 1) está formado por los órganos genitales exter­nos, los órganos genitales internos y las glándulas anexas.

órganos genitales internos

Los órganos genitales internos son los ovarios, las trompas de Falopio, el útero y la vagina.

Los ovarios son dos órganos situados en el abdomen, de forma y tamaño parecidos a los de una almendra grande. Las funciones de los ovarios son:

- La producción de óvulos. Los óvulos (fig. 2) se forman dentro de los folículos ováricos. Estos folículos son pequeños grupos celulares en donde los ovogonios sufren meiosis para convertir­se en óvulos.

- La producción de hormonas sexuales. Está a cargo de las células que forman las envolturas del folículo ovárico. Dichas células. Producen dos tipos de hormonas sexuales femeninas: el estrógeno, responsable del crecimiento, en especial, de los teji­dos de los órganos sexuales y la progesterona, que favorece los procesos que hacen posible el embarazo.

• Las trompas de Falopio, llamadas también oviductos, son dos conductos que se extienden desde el útero hasta los ovarios. La parte más cercana del útero se denomina proximal y el extre­mo que está más lejos se llama distal. En su extremo distal, las trompas uterinas tienen proyecciones, semejantes en la forma a unos dedos (digitiformes) llamados fimbrias, y que se encuentran en estrecho contacto con el ovario correspondiente, para capturar e introducir a la trompa el óvulo, una vez que sale del ovario.

• El útero, llamado también matriz, es un órgano muscular en forma de pera en donde se desarrolla el feto durante el embarazo. El interior del útero está tapizado por una membrana mucosa, lla­mada endometrio, que desempeña un papel importante en la menstruación y el embarazo. Bajo el endometrio se encuentra el miometrio, capa muscular cuyas contracciones ayudan a la expul­sión del feto durante el parto.

Por el extremo superior, el útero se une a las trompas de Falopio y por el extremo inferior, que es más delgado, constituye el cuello del útero o cérvix, por medio del cual se comunica con la vagina.

• La vagina es un conducto tubular musculoso y elástico, de 7 a 9 cm de longitud. Se encuentra ubicado por delante del recto y detrás de la uretra y de la vejiga urinaria. Por su parte proximal se comuni­ca con el cuello uterino, mientras que en su porción distal se encuentra una abertura llamada orificio vaginal. Este se puede encontrar parcialmente cubierto por una membrana llamada himen.

La vagina es un órgano de gran importancia en la función repro­ductiva: recibe el semen durante el coito o copulación, y si hay fecundación y gestación, forma parte del canal del parto, ensan­chándose gracias a su elasticidad, para posibilitar el nacimiento del bebé. Si no hay fecundación permite la salida del flujo menstrual.

órganos genitales externos

Los órganos genitales externos son los labios menores y mayores, el clítoris y el meato urinario.

Los labios son repliegues que protegen la entrada de la vagina. Los dos labios menores son los más internos y carecen de vello. Los dos labios mayores se cierran sobre los anteriores, son de mayor tama­ño y poseen vello.

El clítoris es un órgano eréctil formado por tejido esponjoso que se llena de sangre cuando hay excitación sexual.

• El meato urinario es el lugar donde desemboca la uretra. Se halla entre el clítoris y la vagina, y es independiente de éstos.

glándulas anexas

Las glándulas anexas son las glándulas vestibulares y las glándulas mamarias.

• Las glándulas vestibulares son dos. Las menores se ubican deba­jo del orificio de la uretra y las mayores se encuentran a cada lado del orificio vaginal. Las secreciones de estas glándulas lubrican la vagina durante el acto sexual.

• Las glándulas mamarias están formadas por numerosas bolsitas o alvéolos en donde se produce la leche, la cual se acumula en los senos lactíferos para luego ser llevada al pezón por medio de varios conductos.

sistema reproductor masculino

El sistema reproductor masculino (fig. 4) se encarga de producir los gametos masculinos o espermatozoides. Está formado por los órganos genitales internos, los órganos genitales externos y las glándulas ane­xas.

órganos genitales internos

Los órganos genitales internos son los testículos, los conductos
espermáticos y la uretra.

• Los testículos son dos glándulas del tamaño de una nuez que se encuentran suspendidas en una bolsa formada por la piel, llamada escroto. Durante la vida fetal los testículos se encuentran en la cavi­dad abdominal, pero antes del nacimiento descienden al escroto. Las funciones de los testículos son:

- La producción de espermatozoides. Desde el momento de la madurez sexual, los testículos fabrican continuamente millones de espermatozoides, que se producen en los túbulos seminífe­ros. Las paredes de estos túbulos están tapizadas de células ger­minales, denominadas espermatogonios, las cuales, por medio de la meiosis, dan origen a los espermatozoides.

- La producción de hormonas sexuales. Entre los túbulos semi­níferos se encuentra un tejido intersticial que se encarga de la producción de la hormona sexual masculina, conocida como testosterona. Esta hormona es la responsable tanto de los cam­bios que se dan en el hombre cuando madura sexualmente, como del deseo sexual.

• Los conductos espermáticos están formados por una serie de estructuras tubulares que conducen los espermatozoides al exterior del cuerpo. Los espermatozoides formados en los túbulos seminí­feros salen del testículo a un tubo único, complejamente enrolla­do, llamado epidídimo, en donde son almacenados. Durante el acto sexual o cópula, los espermatozoides pasan a los conductos deferentes los cuales desembocan en los conductos eyaculado-res que se comunican con la uretra o conducto terminal que atra­viesa el pene.

La uretra conduce los espermatozoides al exterior. Es un conduc­to común con el sistema excretor.

órganos genitales externos

Los órganos genitales externos son el pene y el escroto.

• El pene es el órgano copulador masculino, encargado de deposi­tar el semen en la vagina durante la copulación. Tiene la forma de un cilindro largo, que se ensancha en su extremo para formar el glande.

Bajo la piel, el pene tiene tres cilindros paralelos llamados cuerpos cavernosos. La actividad nerviosa del centro de erección, localiza­do en el cerebro, provoca un aumento de la irrigación sanguínea en los cuerpos cavernosos y se produce la erección del pene.Luego de la erección, el pene puede expeler el semen por un meca­nismo denominado eyaculación, que al igual que la erección, es una acción refleja en la que intervienen nervios del sistema para-
simpático.

• El escroto es la bolsa que aloja los testículos.

Glándulas anexas

Los espermatozoides se encuentran suspendidos en un fluido denso que resulta de la secreción de un conjunto de glándulas, llamadas glán­dulas anexas. Estas son:

• Las vesículas seminales son dos glándulas en forma de saco que vacían su secreción en el conducto deferente. Esta secreción, lla­mada semen, está compuesta de fructosa y otros nutrientes, los cuales abastecen de energía a los espermatozoides para su poste­rior avance por el canal vaginal.

• La glándula prostética se encuentra rodeando la uretra. Su secre­ción es lechosa y de pH alcalino, lo que contribuye a neutralizar la acidez de las otras secreciones, facilitando la movilidad espermática. La secreción de la próstata representa un 20% del volumen total de semen.

• Las glándulas bulbouretrales se ubican a cada lado de la uretra. Secretan algunas gotas de un fluido levemente alcalino que con­tribuye a neutralizar el pH ácido de la uretra y a lubricar el pene.

Pubertad y madurez sexual

LA PUBERTAD

La pubertad comprende varios cambios físicos y síquicos que carac­terizan el paso de la infancia a la edad adulta. Estos cambios com­prenden: la aparición de los caracteres sexuales secundarios, la formación de gametos y la variación de conducta entre los sexos.

El desarrollo de los caracteres sexuales secundarios comprende la aparición del vello púbico y axilar, la modificación de la voz, el creci­miento de los genitales, el crecimiento óseo y muscular, y el desarrollo de los senos en la mujer.

Pero el cambio más significativo es la aparición de la primera eyaculación en el varón, y de la primera menstruación en la mujer. Todos estos cambios se deben a la acción de las hormonas sexuales, las cua­les son controladas por otras hormonas que se producen en una glán­dula localizada en la base del cerebro y que se llama hipófisis.

LA MADUREZ SEXUAL

Comprende el período en que tanto hombres como mujeres son aptos para la reproducción. Se inicia en la pubertad, al mismo tiempo que aparecen las primeras eyaculaciones y menstruaciones, y termina en el climaterio, cuando las gónadas interrumpen su actividad reproductora.

En el hombre, en la pubertad, los túbulos seminíferos se hacen hue­cos para empezar a formar los espermatozoides. En una eyaculación el hombre puede expulsar 400 millones de espermatozoides. Esta pro­ducción se mantiene constante hasta la vejez.

En la mujer, los folículos oválicos inician su formación desde antes de nacer, quedando detenida su maduración hasta la pubertad, cuando cada 28 días aproximadamente, un folículo ovárico alcanza su madu­rez. En total, una mujer puede formar en su vida adulta unos 450 óvu­los. En la mujer el período reproductivo comienza con la primera menstruación o menarquía y termina con la última menstruación o menopausia. Entre estos dos momentos la mujer tendrá, aproximada­mente, cada 28 días una menstruación o ciclo menstrual interrumpida en forma natural sólo durante el embarazo.

• CICLO MENSTRUAL

Este se compone de dos fases: la ovárica y la uterina.

• La fase ovárica comprende tres etapas: la primera etapa es la preovulatoria, en la cual los folículos comienzan a crecer y a secretar hormonas. La segunda etapa es la ovulatoria, en la que uno de los folículos crece más rápido mientras los otros se degeneran; este folículo se hincha y luego se rompe liberando el óvulo, aproxima­damente el día 14 después de comenzar el ciclo. La tercera etapa es la postovulatoria, en la cual las envolturas del folículo roto se transforman en el cuerpo amarillo o cuerpo lúteo que se dege­nera si el óvulo no es fecundado, empezando así un nuevo ciclo.

• La fase uterina depende de la ovárica. Las hormonas sexuales que producen los folículos, transforman el endometrio del útero para favorecer la implantación del óvulo si éste es fecundado. El endo­metrio está formado por células glandulares que pasan por las siguientes etapas:

- Etapa proliferativa. Por influencia del estrógeno, las células glandulares se multiplican, por lo que se aumenta el espesor del endometrio.

- Etapa secretora. Después de la ovulación, la cantidad de progesterona que secreta el cuerpo lúteo hace que las células glan­dulares del endometrio empiecen a secretar diversas sustancias nutritivas, que servirán de alimento al óvulo, en caso de que sea fecundado. Por lo mismo, el riego sanguíneo se hace mayor, lo que determina que el endometrio se hinche y aumente su espe­sor al doble.

- Etapa menstrual. Si no hay fecundación, el cuerpo lúteo se degenera, disminuyendo el nivel de progesterona, con lo cual, el endometrio se desintegra y sus vasos sanguíneos se rompen pro­duciendo la hemorragia menstrual.

Esta hemorragia junto con la cual se eliminan las células descama­das del endometrio dura de 3 a 6 días. Para ayudar a esta tarea, las pare­des musculares del útero se contraen, lo que en algunas mujeres causa dolor en el comienzo de la menstruación. El dolor muy fuerte, así como las hemorragias severas con presencia de coágulos, pueden ser, algunas veces, signos clínicos de trastornos hormonales y uterinos que se deben consultar con el médico.

fecundación, embarazo y parto

fecundación

La fecundación es el proceso por el cual se fusionan los gametos masculino (espermatozoide) y femenino (óvulo). En la especie huma­na la fecundación ocurre dentro del cuerpo de la mujer. Para ello, los espermatozoides son depositados en la vagina mediante la copulación. Luego, los espermatozoides se desplazan hasta las trompas de Falopio, en donde normalmente ocurre la fecundación.

El DESARROLLO DEL CIGOTO

El cigoto comienza a dividirse rápidamente mientras recorre las trompas hasta llegar al útero. Después de este recorrido, que puede durar cuatro días, se transforma en una masa de células llamada mó­rula.

Luego se forma en el centro de la mórula una cavidad llena de líqui­do y el embrión, que ya recibe el nombre de blastocito, se implanta en el endometrio del útero para nutrirse. Para esto, la membrana externa del embrión, llamada cortón, forma unas vellosidades que digieren algu­nas células del endometrio y más tarde se asocian a éste para formar la
placenta y demás membranas que protegerán el embrión. Una de estas membranas es el amnios que crece alrededor del embrión y forma el liquido amniótico para protegerlo. Más tarde el embrión desarrollará el cordón umbilical que permite el intercambio de sustancias entre el feto y la madre.

embarazo o gestación

El embarazo es el período de desarrollo del ser humano dentro del útero de la madre. Su duración es de nueve meses aproximadamente. Durante la gestación el embrión experimenta varios cambios. Primero se forman tres capas de células de las que se originan todos los tejidos y órganos. Luego, al cabo de dos meses, el embrión tiene figura huma­na y se llama feto, el cual, al séptimo mes ya está completo. En los dos últimos meses el feto crece y se prepara para una nueva forma de vida.

parto y lactancia

El parto o alumbramiento corresponde a la salida del feto a través del canal vaginal. Varios cambios hormonales, en particular la reducción de la progesterona, inician el parto, el cual comienza con las contraccio­nes involuntarias del útero que pueden durar unas doce horas.

El feto, ubicado generalmente con la cabeza hacia abajo, presiona el cuello del útero, el cual se dilata. Esta presión origina que el amnios se rompa dejando salir el líquido amniótico. El parto culmina con con­tracciones fuertes del útero y de los músculos abdominales que expul­san el feto.

Tras el parto se liga y se corta el cordón umbilical que mantiene unido al niño con la placenta, por lo cual se interrumpe el paso de oxígeno. Esto ocasiona una serie de cambios drásticos en el niño, como la expan­sión de los pulmones que inician la respiración, se establece la circula­ción pulmonar, a la vez que se cierra la abertura del corazón que permitía la circulación fetal.

Las contracciones del útero expulsan más tarde la placenta. Con la expulsión de la placenta se producen en la madre otros cambios hor­monales que estimulan a las glándulas mamarias a producir la leche. Las primeras secreciones mamarias, llamadas calostro, son aguadas, pero tienen un alto contenido de anticuerpos que protegen al recién nacido de las enfermedades.

alteraciones del sistema reproductor

anomalías de la función sexual

Son alteraciones que impiden la concepción o la realización del coito, tales como la esterilidad y la impotencia o frigidez.

La infertilidad o esterilidad es la incapacidad de concebir un hijo. Algunas de sus causas son: fallas hormonales que disminuyen la producción de espermatozoides o impiden la ovulación, malfor­maciones de los órganos sexuales, enfermedades como las paperas que dañan los túbulos seminíferos, exposición prolongada de las gónadas a los rayos X y problemas sicológicos.

• La impotencia en el hombre es la incapacidad de producir la erec­ción del pene, y la frigidez en la mujer es la falta de deseo sexual o la incapacidad de alcanzar un orgasmo. Estas anomalías pueden tener su origen en traumas sicológicos e impiden la consumación del acto sexual. La impotencia y la frigidez no significan esterilidad.

enfermedades de transmisión sexual

Las enfermedades de transmisión sexual se adquieren durante las relaciones sexuales, a través del semen y de los fluidos vaginales. Son causadas por bacterias, hongos y virus.

Estas enfermedades se previenen con un control responsable de la actividad sexual, mediante varios tipos de medidas que van desde la abs­tinencia sexual hasta el uso de preservativos, una correcta higiene de los órganos sexuales y la práctica de controles médicos adecuados. Algunas enfermedades de transmisión sexual son:

Sífilis. La produce la bacteria Treponema pallidum . Tiene varias fases: en la fase primaria aparece una úlcera incolora en los órganos genitales o en otros órganos, como labios o dedos; luego se produce una erupción generalizada e inflamación de los ganglios; por último y después de algunos años sin síntomas, la bacteria afec­ta al cerebro produciendo demencia o parálisis, así como altera­ciones en otros órganos.

Gonorrea. La produce la bacteria Neissería gonorrhoeae .M principio puede producir micción dolorosa e inflamación de los genitales; más tarde esterilidad y diseminación de la enfermedad por la sangre. Algunas personas no presentan síntomas, pero pue­den transmitir la enfermedad.

Candidiasis. La produce el hongo Candida albicans. En la mujer produce flujo vaginal muy abundante y lechoso, acompañado de irritación vaginal. En el hombre esta infección es menos frecuente y se manifiesta con la inflamación del glande.

Herpes genital. Lo produce el virus del herpes. Origina vesículas en los genitales, el ano y la parte superior de los muslos.

Sida. Es una enfermedad causada por el virus VIH (fig. 12). Este virus entra en el cuerpo humano por diferentes vías y se aloja en los linfocitos, células encargadas de la inmunidad, es decir, de la defen­sa del organismo frente a las infecciones.

Dentro de estas células puede permanecer latente incluso varios años. Cuando entra en actividad, destruye las células inmunitarias y deja al organismo expuesto a cualquier infección. En las últimas etapas de la enfermedad, aparecen tumores malignos, se produce un gran deterioro físico y psíquico y, finalmente, la muerte del
paciente. -

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